Escuchando desde el silencio eterno

Escuchando desde el silencio eterno July 1, 2012

La semana pasada asistí a una conferencia sobre la predicación y la lección mas importante que recibí es la necesidad del silencio.  Parece contradictorio, asistir a una conferencia de predicación y que varios conferencistas hablen sobre la necesidad del silencio.  ¿Cómo puede ser esto?

Las primeras palabras del primer conferencista, el Arzobispo mexicano de San Antonio, fueron prestadas de San Juan de la Cruz: “Una palabra, habló el Padre y fue su Hijo, y esta Palabra habla siempre en el eterno silencio y en silencio ha de ser oída por el alma.”

Cristo nos habla con gentileza en el silencio de nuestras almas, pero nuestro mundo moderno se ha llenado de palabras ruidosas, en particular a través de las nuevas redes sociales como twitter, facebook, blogger etc.  Aunque nuestras vidas están llenas con más palabras de las que podemos digerir, muchas veces permanecemos hambrientos por una verdadera comunicación.

Estos nuevos medios de comunicación son excelentes y están siendo ya usados por muchos para la gloria de Dios, pero debemos asegurarnos que las fuentes de las palabras que leemos y transmitimos estén enraizadas en el silencio.  El silencio da fruto a palabras ricas en contenido.  El ruido y bullicio dan fruto a palabras ricas en absolutamente nada.

Vivimos en un mundo ruidoso y a la vez hambriento por verdadera comunicación.  ¿Cómo puede ser que mientras cenando durante mi conferencia, de siete parejas que observé, cuatro de ellas en un momento dado estaban hombre y mujer pegados a sus respectivos teléfonos celulares?  Una pareja en particular continuó usando sus teléfonos aun cuando la cena había llegado.  Ella guardó su teléfono primero y luego lo forzó a él a guardar el suyo, pero él lo colocó a su lado.  Llenos de palabras en sus celulares, pero hambrientos de comunicación con su pareja.

La sabiduría de San Juan de la Cruz es una advertencia para nosotros.  Si permanecemos rodeados solamente del bullicio, no escucharemos la Palabra hablada por el Padre en el eterno silencio.  Debemos buscar y producir palabras de lo profundo del silencio para encontrar verdadera comunicación.  El fruto del silencio son palabras ricas en contenido porque estas han tocado de misterio de Cristo y por esto tienen la habilidad de transmitir esa experiencia a los demás.


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