Jesus el Buen Pastor

Jesus el Buen Pastor July 22, 2012

[Homilia del decimosexto domingo de tiempo ordinario, ciclo B]

La responsabilidad más grande de un pastor es cuidar bien a sus ovejas.  Tiene que llevarlas al agua, conducirlas a campos verdes para que se alimenten, tiene que velar por ellas a todo momento, especialmente para protegerlas de predadores.  Las ovejitas se asustan fácilmente, pero como aprenden a reconocer la voz y la cara de su pastor, el pastor las calma y las mantiene unidas.  Para arrearlas, el pastorcito solo tiene que llamarlas, al escuchar su voz, las ovejitas vienen.

Un pastor que no cuida bien a sus ovejas las pierde rápidamente.  No puede dejarlas solas ni distraerse por un minuto, si no las pobres se van por su propio camino, se separan del grupo, se espantan, se pierden y al final un lobo se las saborea. La ovejita no llegaría por su cuenta a agua fresca ni a verdes praderas.  Sin su pastor ni su rebaño la ovejita se pierde y se muere.

Un buen pastor se da cuenta que sus ovejitas lo necesitan y que él tiene la responsabilidad de cuidarlas.  Se compadece de sus ovejitas porque se da cuenta que sin el, las ovejitas están completamente perdidas.

Que imagen tan precisa y tan hermosa que usa la Palabra de Dios para describir la relación entre Jesucristo y nosotros los hombres.

“El Señor es mi pastor, nada me faltara.”  Esta línea del Salmo 23 demuestra nuestra confianza en Dios, así como la oveja confía en su pastor completamente, que él la cuidara, así también nosotros confiamos en el Señor.

En el Evangelio Jesús trata de fugarse de la muchedumbre, pero la gente lo sigue a él y a sus discípulos, al punto que ni podían comer.  Todos los poblados corrían hacia él, dondequiera que él estaba hablando o enseñando, todos venían.  Las ovejitas oían la voz del Buen Pastor y el rebaño se congregaba en torno a él.  “Son ovejas sin pastor,” pensaba Jesús.  

Al ver Jesús a su rebaño sin pastor, al verlos perdidos y necesitados, Jesús se compadeció de ellos.  Jesús no los regañó a pesar de sus faltas y su afán por verlo.  Jesús no los condenó.  Más bien Jesús se compadeció, les ensenó, compartió con ellos, los alivió.

San Marcos narra este encuentro entre Jesús y la muchedumbre necesitada hace 2000 años, pero nadie tiene que narrarnos el encuentro entre Jesús y el mundo actual, entre Jesús y nosotros.
¿Que piensas que siente Jesús cuando te ve?  ¿Qué siente cuando ve tu vida, tu alma, tu corazón?  ¿Qué piensa Jesús cuando ve tus faltas, insuficiencias, pecados, sufrimientos, dolencias, problemas y dificultades?

Jesús es el Buen Pastor.  Jesús se compadece, se apiada de nosotros y viene a nuestro encuentro a pesar de nuestras faltas.  Jesús viene porque sabe que somos como las ovejitas, que nos apartamos, que nos vamos, que pecamos y perdemos el camino.  Jesús viene como el Buen Pastor a llamarnos y traernos al rebaño.

Muchas personas creen que para acercarse a Dios tienen que tener perfecto todo aspecto de sus vidas.  Piensan que tienen que ser una oveja perfecta para que el pastor la acepte.

No hay nada más lejano de la verdad: Jesús se acerca a nosotros no porque somos perfectos, porque somos ovejitas ejemplares, mas bien Jesús viene a nosotros porque somos imperfectos.  Jesús viene a nosotros porque muchas veces somos la ovejita perdida, confundida o herida y Él quiere ayudarnos.

Jesús vino al mundo no como un premio por haber sido buenos.  Jesús vino al mundo como un remedio por ser pecadores.

Estamos aquí porque necesitamos a Dios.  Lo necesitamos que nos perdone y renueve.  Que nos ayude a ser fieles.  Con la ayuda de su presencia en la Eucaristía, su presencia en el gran sacramento de la confesión donde recibimos la misericordia de Dios, presente aquí en la comunidad, presente a través de mi como su sacerdote, su pastor en la tierra, Jesús nos hace un rebaño y cuida de nosotros.

El sacerdote tiene una gran responsabilidad recibida de Dios, nos pide que cuidemos a sus ovejas.  Jeremías nos dice a los que tienen responsabilidad por las almas, “¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer a las ovejas de mi rebaño! Dice el Señor. Yo me encargaré de castigar la, maldad de las acciones de ustedes.  Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas.  Les pondré pastores que las apacienten.  Ya no temerán ni se espantaran y ninguna se perderá.”

Que el Señor nos ayude a cada uno de nosotros a ser fieles ovejitas y a mi a ser un fiel pastor para ser un solo rebaño bajo un solo pastor, Jesucristo, El Buen Pastor.


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