Fe en Jesucristo

Fe en Jesucristo October 23, 2012

Imagínate que después de oír el timbre de tu casa, encuentras a un niño a la puerta diciendo que ganaste un millón de dólares.  Seguramente regañarías al niño y cerrarías la puerta.  Que pasaría si en vez de un niño, encontraras al alcalde de tu ciudad con cámaras de televisión diciendo que ganaste un millón de dólares.  Ahora sí creerías.  No confiarías en el niño, pero ciertamente confiarías en el alcalde.

Hay una gran diferencia entre estos dos ejemplos aunque ambos niño y alcalde relatan la misma información.  Este ejemplo trae a la luz el hecho que para creer en algo, para tener fe, depende primeramente en la confiabilidad del testigo que relata la información.

Cuando leemos un artículo en el periódico o miramos las noticias, tenemos fe que aquello que los reporteros relatan es cierto ya que no hemos sido testigos presenciales de las noticias. La gente escoge ciertos periódicos o fuentes de noticias en base a la confianza que tienen en los reporteros y editores. También ponemos nuestra confianza en los historiadores que escriben libros escolares de historia. Tenemos fe que han hecho las investigaciones y han registrado los sucesos históricos con exactitud ya que nadie con vida hoy fue testigo presencial.

Nuestra fe cristiana depende completamente de la persona de Jesucristo. Jesús habló de cosas que ningún ser humano había visto, sin embargo, tenemos fe en todo lo que El nos ha enseñando porque se ha demostrado como un testigo confiable.  Es confiable porque resucitó de entre los muertos, validando todo lo que enseñó y predicó.  Es en la resurrección que el mensaje de Cristo toma fuerza y sobre la cual nuestra fe está fundada.  La resurrección es la señal inigualable y única que Cristo nos da para saber que todo lo que dijo es verdad.  Como San Pablo dijo, si Cristo no hubiese resucitado de entre los muertos, nuestra fe sería en vano.  

Al iniciar a nivel mundial el Año de la Fe en este mes, se nos presenta una oportunidad para pedir a Dios que aumente nuestra fe, para comprometernos nuevamente a seguir a Cristo y a su Iglesia, y para profundizar y crecer en nuestro conocimiento del contenido de la fe a través del estudio.


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