Basilica de Nuestra Señora de Guadalupe

Basilica de Nuestra Señora de Guadalupe December 14, 2012
La Virgen María se apareció cuatro veces a San Juan Diego en diciembre de 1531, después de solo diez años de la derrota del imperio Azteca por los españoles.  Este periodo de la historia fue marcado por la integración de la cultura española y la indígena, dando a nacer a un pueblo con una cultura única que continua a predominar hoy en todo Latino América.

Las palabras de la Virgen a Juan Diego fueron escritas en la obra titulada Nican Mopohua escrita en el idioma indígena náhuatl.   Sus palabras a esta nueva sociedad  mestiza que se estaba formando en Latino América fueron palabras de amor materno y ánimo.  En su primera aparición el 9 de diciembre, ella dijo a Juan Diego, ““Sabe y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive: del Creador cabe quien está todo: Señor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo, para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre, a ti, a todos vosotros juntos los moradores de esta tierra y a los demás amadores míos que me invoquen y en mi confíen; oír allí sus lamentos y remediar todas sus miserias, penas y dolores.”

 

Durante los días del aniversario de las apariciones, aproximadamente cinco millones de peregrinos visitan la basílica ubicada al norte de la Ciudad de México, conocida como “La Villa” por las personas locales.  Añadiendo los quince millones que visitan durante el año, la basílica es el santuario católico más visitado en el mundo.  Nuestra Señora permanece fiel a su promesa haciendo del Tepeyac un lugar desde donde demuestra y da todo su amor, compasión, auxilio y defensa.

 

Durante la cuarta aparición el 12 de diciembre, Nuestra Madre le dijo a Juan Diego, “Oye y ten entendido hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí? ¿No soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa.”

 

Capilla marcando donde fueron las apariciones y donde vivio San Juan Diego hasta el dia de su muerte
Las palabras maternales de la Virgen a Juan Diego continúan a resonar en los corazones de todos sus devotos que la aman, especialmente los veinte millones de peregrinos que visitan su santuario cada año.   La devoción a la Virgen de Guadalupe corre profundamente en la sangre de sus devotos mexicanos y cumple un papel integral en su identidad como católicos y como mexicanos.  Nuestra Señora de Guadalupe es una reflexión de quien son ellos como  pueblo y los ha sostenido a lo largo de su turbulenta historia nacional.

 

 

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