El Cuerpo de Cristo Sufriente

El Cuerpo de Cristo Sufriente June 14, 2014

Antes de dar inicio a la Misa de Domingo de Ramos el año pasado decidí revisar los titulares en un sitio web católico. Mi corazón casi se paró al leer en la parte inferior de la página, “Sacerdote sirio secuestrado mientras la guerra continúa.” Durante mi tiempo en el seminario me hice muy amigo de dos seminaristas sirios provenientes de Alepo. A lo largo de los tres años que estudiamos juntos en Roma comparaba yo las condiciones que me esperaban en los Estados Unidos y aquellas que les esperaban a ellos en Siria. Todo reto personal anticipado por mí rápidamente era aplastado al considerar los desafíos que enfrentarían ellos al retornar a Alepo. Admiraba su valentía y fortaleza.  Yo regresaba a un juego de niños mientras que ellos iban a una zona de guerra.

Pulsé el enlace del titular y para mi horror vi una foto del padre Michele Kayal en vestimentas rojas. Mi corazón se hundió y se me salieron unas lágrimas. Inmediatamente envié un correo electrónico a mi otro amigo, Antoine, y él me respondió confirmando la triste noticia.  El 9 de febrero de 2013 el Padre Kayal junto con un sacerdote ortodoxo fue sacado de un autobús por rebeldes cerca de Damasco y nunca fue visto nuevamente.

En julio del 2013 recibí noticias del Padre Antoine. Alepo estaba bajo asedio por el ejército rebelde, lo que hacía imposible salir de la ciudad. La comida era escasa y cara. Las fábricas estaban en ruinas. Describió la situación como “muy difícil” y le resultaba incomprensible que los Estados Unidos considerara ayudar a la oposición. Expresó que su mayor temor era que los cristianos de Siria imitasen a los cristianos en Irak y abandonen su tierra natal.

Después de contacto limitado, hoy recibí un correo electrónico del padre Antoine. Mientras tomando un breve descanso en Roma después de trabajar cuatro años continuos en Siria, un misil cayó sobre el obispado de Alepo. Parte del complejo fue destruido, mucho quedó dañado, incluyendo el dormitorio de mi amigo.  El Obispo Boutros Marayati confirmó que no hubo víctimas.

Recientemente muchos se levantaron en protesta contra la posibilidad de la profanación del Cuerpo de Cristo en la Universidad de Harvard donde un grupo anunció que haría una demonstración de una misa negra. La respuesta fue verdaderamente laudable. Los fieles reconocen que una línea había sido cruzada cuando el Cuerpo de Cristo podría ser profanado.

San Pablo oyó estas palabras de Jesús en Siria hace siglos, “¿Saulo, Saulo, por qué me persigues?” Esto llevó a que Pablo se dé cuenta que quienes él perseguía eran parte del Cuerpo de Cristo; que todo cristiano es parte del Cuerpo de Cristo.

Este mismo cuerpo está siendo profanado y deshonrado hoy mismo cuando cristianos son matados por su fe. Una figura reciente estima que 100.000 cristianos mueren cada año a causa de su fe. Todo cristiano, como parte del mismo cuerpo, debe sentir el dolor de quienes sufren enormemente. Su dolor debe ser el nuestro. Su sufrimiento debe ser el nuestro. No podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas en Cristo. No son sólo un titular o una estadística; son uno con nosotros en la comunión de los santos. Debemos permanecer en solidaridad con el Cuerpo de Cristo sufriente. ¿Si no nos importa el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, entonces a quien le importará?

Foto: Mi amigo el Padre Michele Kayal en el dia de mi cumpleaños, 5 de marzo, 2009.
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