Padre Amatulli en Brunswick

Padre Amatulli en Brunswick June 29, 2014
Cuando estaba recién ordenado, un sacerdote me dio libros y videos de un sacerdote misionero italiano que había pasado casi toda su vida en México.  Recién graduado del seminario donde por siete años tuve que leer libros de teología y filosofía, debo confesar que encontré los libros del Padre Flaviano Amatulli demasiado simples. No les presté mucha atención.
Después de estar en una parroquia por unos meses, estaba enseñando un curso de preparación sacramental para adultos.  Mientras en medio de una profunda platica sobre el origen de la Biblia, un joven alzó la mano y preguntó: “Padre, ha mencionado bastante el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, ¿cuál es la diferencia entre los dos?” En ese momento me di cuenta de la grandeza de los libros del Padre Amatulli.   Sus libros no asumen ningún conocimiento previo de la fe.
Ayer tuve la oportunidad de conocer al Padre Amatulli en la parroquia de Brunswick y pude contarle esta historia. Le agradecí por su trabajo y por ser un recurso valioso para mí como un sacerdote joven, especialmente al ministrar a la población hispanohablante de nuestra diócesis. No pude permanecer para todo el retiro que estaba dando el Padre, pero disfruté las horas que pude escucharlo y la oportunidad de almorzar con él.
El Padre Amatulli animó a los asistentes del retiro a vivir su fe con convicción. “Una fe de tradición no sirve; necesitamos una fe de convicción.  Todo católico debe conocer su fe y debe darla a conocer.  Todo católico debe conocer la Biblia.”  Mencionó la invitación de San Juan Pablo II a “remar mar adentro,” y en broma dijo que si uno no sabe nadar, uno simplemente se ahoga en aguas profundas.   Uno primero debe aprender a nadar. Esto quiere decir que todo católico debe primero conocer su fe para luego remar mar adentro y darla a conocer.
El Padre habló de su anhelo de ver una iglesia donde las necesidades pastorales de cada católico se cumplan de una manera más personal e íntima. Habló de una iglesia donde cada sacerdote conoce a su rebaño y es verdadero pastor y padre de su pueblo. También habló del papel esencial de los diáconos permanentes y los laicos en el cumplimiento de la misión de la iglesia.
Nacido en Bari, Italia en 1938, el Padre Amatulli llegó a México poco después de su ordenación en 1965 para trabajar como misionero entre indígenas en Oaxaca. Alarmado por el elevado número de personas que abandonaban la fe católica, fundó en 1978 el movimiento laical Apóstoles de la Palabra para educar a los laicos en la fe, en particular aquellos que viven en los sectores más pobres y abandonados de la sociedad. Su trabajo y dedicación han beneficiado a miles ya que él viaja a lo largo de América Latina y los Estados Unidos dando conferencias, enseñando y animando a los católicos a conocer y practicar su fe.
Pictures are mine, all rights reserved.

Browse Our Archives