El Papa Francisco está en camino a los Estados Unidos. No solo es esta su primera visita a los Estados Unidos como Papa, pero su primera visita a este país en su vida. Como un destacado jesuita y luego arzobispo de Buenos Aires nunca visitó nuestro país. Quienes lo conocen dicen que a él nunca le ha gustado permanecer lejos de casa, por lo cual no es extraño que en sus setentaiocho años nunca haya viajado a los Estados Unidos.
Durante su visita apostólica, el Papa dirigirá palabras a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y también a una sesión conjunta del Congreso en Washington. Canonizará al Beato Junípero Serra (el religioso fundador de las misiones de California) en la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción y celebrará una Misa para concluir el Encentro Mundial de Familias en Filadelfia. Tendrá una agenda atareada con numerosas oportunidades para dirigirse hacia nosotros los católicos que vivimos en los Estados Unidos. El Papa hablará en español durante varios de los eventos programados. Lamentablemente muchos ven esto como un insulto a los Estados Unidos, pero esto es dado a la realidad que el Papa no habla el inglés muy bien.
Abiertamente contra el capitalismo desenfrenado y sistemas económicos que valoran la ganancia a toda costa, especialmente aquellos que no valoran al ser humano, podemos esperar del Papa palabras fuertes dirigidas hacia la sociedad estadounidense. El Papa sin embargo no viene a regañarnos. Es evidente en la reciente entrevista realizada por David Muir en ABC, que el Papa Francisco espera compartir con nosotros y conocer mejor la Iglesia en esta parte del mundo. Quedará sorprendido con el cariño que ésta iglesia tan diversa expresará hacia él.
Durante su pontificado, Francisco ha puesto en acción su desafío a la iglesia de “ir a las periferias”. Su primera visita oficial fuera de Roma como Papa fue a Lampedusa, la isla italiana donde miles de inmigrantes africanos llegan en barco. Su reciente visita apostólica a Sud América incluyó los tres países hispanohablantes más pequeños y pobres del continente: Ecuador, Bolivia y Paraguay. Ahora el Papa viene al país más próspero del mundo, pero no es coincidencia que primero visite Cuba. En la mente de Francisco, su visita a Cuba es tan importante como su visita a los Estados Unidos. Antes de llegar a nuestro país, visitará la periferia que existe a sólo noventa millas al sur de la Florida. De hecho, Francisco conocerá la periferia de nuestra propia sociedad durante su estadía al visitar presos en el Correccional de Curran-Fromhold cerca de Filadelfia y la escuela Our Lady Queen of Angels en East Harlem, una zona popular en Manhattan con la tasa más alta de delitos violentos de la ciudad.
Con mucha alegría esperamos la llegada del Papa Francisco a los Estados Unidos. Millones se reunirán para escuchar las palabras que compartirá con nosotros y estas palabras resonarán por los próximos años. Se trata de un viaje transformador para la iglesia en nuestro país al recibir al sucesor de San Pedro quien viene a compartir con nosotros la alegría del evangelio.
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