El Papa Francis arrasó con nuestro país la semana pasada. Todos fueron testigos de innumerables expresiones de amor y cariño hacia el Santo Padre durante su visita a Washington, Nueva York y Filadelfia. Evidente en las varias liturgias cuidadosamente ejecutadas, la acogida mostrada por políticos y los incontables abrazos y besos que recibió el Papa, los Estados Unidos ha regocijado en presencia del sucesor de San Pedro.
El Papa vino como un pastor cuya tarea principal es reunir a todas las ovejas bajo el un rebaño de Jesucristo. Vino como un peregrino mas, expresando las preocupaciones y ansiedades de cada persona humana, atento a los signos de los tiempos, y compartiendo la alegría del evangelio de Jesucristo. Vino no sólo para hablarle a los sabios, pero más importante, vino para acompañar a los débiles, los pobres y los vulnerables. Francisco vino para confirmarnos en la fe que hemos recibido, obediente a las palabras de Jesús a San Pedro, “he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca… confirma a tus hermanos.” Vino para animarnos a través de su palabra y ejemplo, haciéndonos recordar que somos parte de la Iglesia universal y miembros del Cuerpo de Cristo.
Su discurso fenomenal en la sesión conjunta del Congreso sin duda resonará estas próximas semanas. Su elección de cuatro ciudadanos estadounidenses que se atrevieron a soñar le brindó al Papa una estructura para tocar temas de actualidad en la sociedad americana. Muchos han politizado las palabras del Papa Francisco, ignorando que él no viene con una agenda política, sino más bien, viene invitando a un modo de vida que es iluminado por el evangelio. La interpretación de sus palabras a través de un lente político me hace recordar de las palabras compartidas por Monseñor Urioste a un grupo de peregrinos en El Salvador hace dos años. Monseñor Urioste, Vicario General del Beato Oscar Romero, afirmó que la predicación del evangelio por parte de Monseñor Romero fue vista como política, por lo tanto un cargo político fue traído contra él y fue asesinado. Monseñor Urioste luego hizo una comparación con Jesús. Jesús no tenía una agenda política al predicar el evangelio, pero un cargo político fue traído en su contra y fue crucificado como rey de los judíos. No debe sorprendernos que la predicación del Papa Francisco sea interpreta como política y que fuerazas liberales o conservadoras traigan cargos en su contra. El evangelio no es una ideología ni tiene una agenda política pero más bien trasciende estos, constantemente llamándonos a la conversión y fidelidad a Jesucristo.
El Papa retorna a Roma sabiendo cuánto lo estimamos y que le deseamos lo mejor. Nos unimos a las palabras del Cardenal Dolan dirigidas al Papa en la conclusión del servicio de Vísperas en la magnífica catedral de San Patricio, “torna presto!”
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